A picture of green leaves against a cream color wall

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Translation via Jennifer Rodriguez

En 2020, no faltaron los momentos en los que me encontré en un estado de absoluta frustración. Desde el anuncio de un segundo semestre completamente virtual hasta el cierre continuo de mi gimnasio local, mi lista de inconvenientes solo pareció crecer a medida que la pandemia avanzaba.

Al principio, traté de mantenerme bajo control. Oye, esto no está tan mal. Las cosas siempre podrían ser peores.

Me recordaba una y otra vez que, a pesar de estas interrupciones de la vida, mi familia y yo estábamos en casa–a salvos y saludables. ¿Qué más podía pedir? Parecía egoísta quejarme de no poder ir por café entre clases y tomar clases de yoga con mis amigos cuando millones de personas en todo el mundo estaban perdiendo trabajo e incluso sus seres queridos. 

¿Qué más podía pedir? Parecía egoísta quejarme de no poder…

En el gran esquema de las cosas, por supuesto, estas son pérdidas menores en una época de pérdidas tan trágicas y extensas. Sin embargo, esa realidad no significa que no se me permita lamentar de las pequeñas cosas que la pandemia me ha quitado. A medida que pasaron los meses, me di cuenta de que está bien lamentar estas pérdidas. Está bien estar triste porque extraño mi vida universitaria. También está bien ponerme triste porque echo de menos conciertos llenos de gente, eventos deportivos y estar en habitaciones con docenas y docenas de extraños.

El hecho de que tu dolor no sea tan fuerte o evidente como el de otra persona no lo hace menos válido. Todavía estamos en una pandemia mundial. Tenemos permiso de sentir cosas, por pequeñas e insignificantes que parezcan. 

El hecho de que tu dolor no sea tan fuerte o evidente como el de otra persona no lo hace menos válido.

La próxima vez que te sorprendas reprimiendo o ignorando tus emociones porque crees que tu vida es fácil en comparación con la de otra persona, recuerda que también puedes sentir pequeñas pérdidas. No te hace menos agradecida por lo que tienes si lamentas lo que has perdido.

Olivia Novato, la familia Darling

Mirando hacia atrás en el año pasado, ¿cuáles son algunas de las pérdidas con las que todavía está lidiando? ¿Cómo ha aprendido a procesar el duelo?

Imagen vía Raisa Zwart Photography

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